miércoles, 5 de septiembre de 2012

Por la Bretaña y Normandía - 3

Bueno, toca finalizar la serie de entradas sobre mi breve escarceo a tierras francesas.
El último día tocó madrugar, ya que viendo lo que nos había llevado el viaje de ida,  y que no teníamos muy claro como llegar hasta el ferry, preferimos realizar el trayecto de regreso hacia Saint-Nazaire con bastante margen de tiempo.
Como no todo iba a ser viaje, y había que ver alguna cosa en este último día, nuestra primera parada fue en Fougéres. Es un pueblo con un castillo fortificado impresionante, conservado en muy buenas condiciones. Como casi todo en Francia, muy bien cuidado. La entrada al castillo era de pago y nada barata, así que decidimos no entrar, ya que aún así puedes pasear por casi toda la parte amurallada, y ver perfectamente todo el lugar. Mención especial al jardín público, que tienen una vista impresionante del castillo y el barrio medieval.

La espectacular vista de Fougéres desde el jardín público.

Tras pasar un buen rato en este lugar, partimos ya rumbo a Saint-Nazaire, con la idea de parar si veíamos algún sitio interesante para ver (o comer), y una vez que llegáramos ver la ciudad hasta que se acercara la hora de coger el ferry y partir.
Lo cierto es que al ir por una carretera nacional al estilo de nuestras autopistas (dos carriles a cada lado y mediana) que no atraviesa ningún pueblo directamente, estábamos avanzando y avanzando sin encontrar ningún sitio para comer... y el hambre empezaba a aflorar. Así que viendo una señal, decidimos parar a hacer una visita a la gastronomía francesa... en un McDonald's. Ya de paso entramos en un centro comercial cercano y nos abastecimos con comida y bebida para lo que quedaba de día y el viaje.
Más adelante y de nuevo en la ruta hacia Saint-Nazaire, se dejó la nacional y avanzamos por una carretera que ya discurría entre pueblos, por lo que pudimos observar en Blain, un lugar fotografiable donde parar. Allí había unos bolos de hierba con el Chateau de la Groulais al fondo. Durante todo el viaje por Francia los bolos de hierba recién segada fueron algo constante, y siempre teníamos ganas de fotografiarlos, pero o bien los veíamos desde la carretera en lugares donde no podíamos parar, o el cielo o su situación no nos convencían. Con estos tuvimos mucha suerte, ya que se dieron todas las circunstancias, estando al lado de un aparcamiento, dándoles el sol, con un cielo precioso, y para colmo, con un chateau al fondo.
Además, junto al lugar había un paseo a la linde de un río, con bancos y sombra, por lo  que fue un estupendo lugar para descansar un poco.

Primer plano de un bolo.

El grupo de bolos, y al fondo el chateau y un tractor pasando.

El río con unas barcazas amarradas.

Tras el agradable impasse (que es una palabra que queda muy chula), rumbo a Saint-Nazaire, la ciudad desde donde salía el ferry.
Nos dirigimos al centro de la ciudad, para tomar algo, que hacia calor y la sed apretaba. Sobre Saint-Nazaire en sí, pues la verdad es que poco contar, es sin duda lo más feo que nos encontramos en Francia, y si llegamos a saberlo habríamos cambiado de planes y pasado ese tiempo en otra parte.
Puesto que poco había que hacer, y teníamos miedo a no encontrar con facilidad el lugar donde salía el ferry, salimos bastante pronto hacia el puerto. Lo cierto es que al final, no fue difícil y llegamos a la primera, por lo que nos sobró un montón de tiempo, y allí estuvimos esperando a embarcar.
El viaje fue sin problemas y llegamos a Gijón perfectamente.

Lo cierto es que el viaje por Francia en general ha sido de lo más satisfactorio. Ha habido momentos de mala suerte, como la visita a Etretát, pero en general el tiempo acompañó, y los lugares fueron aún más impresionantes de lo esperado (repito, Saint-Michel por mucho que se vea en fotos, en la realidad impresiona muchísimo).
Por supuesto, ahora con la experiencia, hay cosas que se habrían hecho distintas. Los cuatro días fueron escasos, sobre todo porque en el trayecto desde y al ferry se pierde mucho tiempo, y al final casi no aprovechas el primer día y el último. Un par de días más habrían sido ideales, para poder estar un día completo en Etrétat y visitar de verdad Caen, que ya tiene delito tener allí el hotel y no poder casi ni ver la ciudad. Además, en lugar de ir a un sólo hotel, no habría sido mala idea tener uno el primer día más cerca (Fougéres sería un buen sitio, a medio camino), para que todo se hiciera menos pesado.
Me gustaría volver en alguna ocasión, pero hay tantos sitios que visitar y tan poco dinero, que no tengo claro el poder cumplirlo.

1 comentario:

  1. Siempre una delicia pasar por tu blog Isra!!!
    Gracias por compartir las imágenes y textos.
    Un abrazo

    ResponderEliminar