Macros entre aguas

El tiempo está siendo resultando extremadamente malo esta primavera, haciendo que las ganas que tenía de ir a sacar bichos se ahoguen. Lleva lloviendo todo el mes, y las previsiones son que seguirá lo que queda. Y aunque lo he intentado, me es imposible "macrear" con paraguas, ya que si me faltan manos en condiciones normales (hay que coger el difusor, el reflector, sujetar una rama, la cámara, etc...), tener que usar otra para protegerme de la lluvia es inviable. El tiempo está haciendo también que el curso se retrase un poco, ya que así sería imposible y muy incómodo.
Así que el único día que daban aceptable en todo este periodo, madrugué para ir a sacar bichos como un loco. Daban despejado, así que la idea era intentar tener la luz dorada del amanecer en las tomas, pero desgraciadamente estuvo encapotado. Con una luz tan pobre, tocó tirar de trípode y aprovechar que muchos de los insectos a esas horas andan aún desperezándose.

Juro que ante la cantidad de tomas de mariquitas que tengo, no pretendía ese día sacar más, pero estaba tan mona y quieta posando dentro de esa hoja.

 Vale, aquí volví a caer. Esta tiene truco, pues mientras la mariquita se estaba moviendo, le coloque esta rama con caracol que sujetaba con una mano. Luego fue cuestión de esperar su mejor pose.

 Esté me cogió casi marchando y está realizada "a mano alzada", vamos, sin trípode.

No hay como un caracol como modelo, sabe llevar un ritmo pausado para que le fotografíes. Aún así, cuando me fui, ya se había escalado y se había recorrido casi toda la rama.

Creo que el reflejo que se ve en su brillante cuerpo es el trípode.

El abejorro estaba en pleno desperezamiento después de dormir. Si bien estaba quieto en su posición, tenía una especie de tembleque (me imagino que para ir calentándose) que no hacía fácil que no quedara movido. Poco después ya fue capaz de desplegar las alas y se fue.