Es curioso como la búsqueda de algunos lugares y la capacidad de maravillarnos dependen mucho de lo acostumbrados que estemos a ellos. Véase el ejemplo de la foto, un campo absolutamente lleno de amapolas. En mi tierra, Asturias, es casi imposible encontrar amapolas (y si encuentras una es pequeña y de un color más bien anaranjado), así que cuando íbamos en coche atravesando las dos Castillas, el ver amapolas por todas partes nos obligaba a salir de las autopistas de vez en cuando y acercarnos a ellas. Les he hecho infinidad de fotos a estas flores, de una u otra manera, en el viaje.
Ahora bien, cuando normalmente voy de rutas y sendas por mi tierra, y avanzo por montañas verdes, bosques frondosos y demás paisajes, me cuesta mucho encontrar una toma interesante para tirar, y es que casi seguro que ya tengo una parecida. Pues me imagino que eso mismo les pasara a las gentes de las Castillas con las amapolas, tienen tantas y por tantos sitios, que para ellos no debe tener ya ninguna gracia fotografiarlas. Posiblemente si esas mismas personas hicieran alguna ruta asturiana, tirarían infinidad de fotos asombrados por la frondosidad que les rodea.
Y es que me imagino que el aficionado a la fotografía, especialmente si le van los paisajes, llega un momento en el que le cuesta encontrar algo nuevo entre lo que recorre habitualmente y desea viajar a esos lugares que tienen algo distinto. Yo mismo, que antes de hacer fotos nunca me había interesado demasiado por viajar, ahora tengo en mente multitud de destinos a los que me gustaría echar el guante.
Datos de la imagen:
La foto es una sola toma en RAW sin trípode y sin ningún tipo de filtro. Luego simplemente revelé el RAW y le puse el marco en Photoshop CS2.
- Modelo de la cámara: Canon EOS 50D
- Objetivo: Tamron SP AF 17-50mm F/2.8 XR Di II LD Aspherical (IF)
- Distancia focal: 50.0 mm
- Apertura: f/14.0
- Tiempo de exposición: 0.0080 s (1/125)
- ISO equivalente: 100
- Control de exposición: -0.67 EV
- Flash: No
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